Los distintos tratamientos de las aguas residuales pueden producir una serie de residuos mezclados de agua con sólidos que son nombrados fangos. Éstos deben ser tratados correctamente porque suponen un riesgo importante para el medio ambiente, además de generar elevados costes de gestión. En el artículo de hoy, profundizamos sobre la cuestión del tratamiento de fangos de aguas residuales.
Actualmente, el tratamiento y la eliminación de fangos están regulados en prácticamente todo el mundo. Para ello, existen una amplia variedad de soluciones, a menudo con un coste elevado. Para minimizar los costes de la gestión, el tratamiento y la optimización del proceso son claves. El equilibrio entre las obligaciones legales y el rendimiento económico es, a día de hoy, uno de los mayores retos.
Como hemos comentado al inicio del artículo, un correcto tratamiento de fangos es fundamental para garantizar el mínimo impacto en el medio ambiente. Además, gracias a este proceso, es posible su valorización al obtener biogás. Como otra ventaja, gracias al tratamiento de fangos, es posible reducir los costes de explotación, generando un importante ahorro.
Etapas de tratamiento de fangos
Cabe destacar que la composición de los fangos puede variar dependiendo de la composición inicial del agua y del tratamiento a la cual se ha sometido. Sea como sea, el tratamiento de fangos de aguas residuales puede dividirse en tres etapas:
- Espesamiento: Es un proceso mediante el cual se reduce el volumen del fango, eliminando el agua y aumentando la concentración de sólidos. Existen distintos tipos de espesamiento: por gravedad, por flotación y por deshidratación.
- Estabilización: Hay dos tipos de procesos de estabilización a aplicar dependiendo de la procedencia y el contenido de materia orgánica: la estabilización biológica y la estabilización química. En caso de que los lodos sean de densidad gelatinosa, será necesario aplicar un proceso previo de acondicionamiento mediante el cual se elimina la humedad.
- Deshidratación: En esta última etapa, se reduce la mayor cantidad de agua y el volumen de los fangos. El objetivo principal es el de mejorar el uso y el transporte de los lodos, así como minimizar sus costes. Cabe destacar que, en aquellos casos en los que la cantidad de fango generado tras la deshidratación sea aún muy elevada, se pueden valorar los tratamientos térmicos para la reducción.
De estas tres fases, resultan dos efluentes principales: el agua, que puede ser depurada para su uso o devuelta al medio natural, y el fango, que acabará siendo incinerado, usado como abono o eliminado en un vertedero controlado.
Especialistas en aguas residuales
En Telwesa, contamos con un equipo de profesionales del sector de tratamiento de aguas residuales industriales y de matriz compleja con alta experiencia en tratamiento biológico para la eliminación de nutrientes (materia orgánica, nitrógeno, fósforo, sales…), así como procesos de tratamiento terciario mediante membranas de ultrafiltración (UF), ósmosis inversa (OI) o nanofiltración (NF). Por ello, podemos ayudaros garantizando la correcta caracterización previa del fango para determinar el proceso de tratamiento óptimo y gestionar todas las fases de su implementación. Para más información, no dude en contactar con nosotros.
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