La normativa y legislación para el tratamiento de aguas residuales depende de los diferentes estados y administraciones locales. Por ello, su aplicación puede variar en los distintos territorios que conforman el mundo. En el artículo de hoy, profundizamos sobre el caso de España y cómo se regula dentro del marco europeo.
El tratamiento de aguas es fundamental
Tal y como ya hemos comentado en anteriores ocasiones, el tratamiento de las aguas residuales es fundamental para la salubridad de las personas y la pervivencia de los ecosistemas. Las aguas residuales pueden contaminarse por bacterias, virus y nutrientes nocivos y, por tanto, pueden representar un riesgo para la salud pública.
Por ello, en la mayoría de partes del mundo, el tratamiento o depuración de aguas residuales es una práctica obligada cuyo objetivo es el de proteger al medio ambiente de las consecuencias negativas de los vertidos de las aguas residuales urbanas e industriales. El marco normativo y la legislación que lo regula es fundamental para garantizar el tratamiento adecuado. En este sentido, existen diversas normativas y leyes que se encargan de regular el tratamiento de aguas residuales en diferentes países y regiones.
La legislación sobre el tratamiento de aguas residuales en España
En España, la normativa que regula las aguas residuales es la Ley de Aguas, que establece las obligaciones de las autoridades y de las empresas en relación con el tratamiento de aguas residuales. Igualmente, es competencia de la administración local de cada territorio (ayuntamientos, consejos comarcales, mancomunidades, entre otros) fijar las condiciones en las que se deben retornar las aguas utilizadas para las diversas actividades humanas. El objetivo es garantizar el cumplimiento de los objetivos de calidad exigibles. Por ello, también es competencia de la administración local la autorización de vertido al medio natural, al medio acuático o a las infraestructuras de saneamiento. Igualmente, todos los vertidos autorizados deben quedar registrados en el Censo de Vertidos.
La normativa sobre reutilización de aguas residuales, regulada por el RD 1620/2007 es esencial para garantizar que las aguas tratadas sean aptas para su uso en diferentes aplicaciones, como la agricultura, la industria o el riego de parques y jardines. Como hemos comentado anteriormente, distintas normativas locales y estatales establecen los requisitos que deben cumplir las aguas tratadas antes de ser reutilizadas, como la eliminación de patógenos y la reducción de contaminantes.
La Directiva Marco del Agua
Además de la normativa española, existen también regulaciones internacionales que nacen como respuesta a la necesidad de unificar las actuaciones en materia de gestión del agua. Por ejemplo, la Directiva Marco del Agua establece los objetivos y las obligaciones para el tratamiento y la reutilización de aguas residuales a nivel europeo. Esta directiva fija que las aguas residuales deben ser tratadas adecuadamente antes de ser liberadas al medio ambiente y que se debe promover la reutilización de aguas tratadas.
En conclusión, el marco normativo y la legislación que regula el tratamiento de aguas residuales es esencial para garantizar que las aguas residuales sean tratadas adecuadamente antes de ser liberadas al medio ambiente. Sin embargo, no hay que olvidar que dichas directivas conllevan una gran complejidad a nivel técnico y jurídico. Además, su aplicación no es homogénea en todas las partes del planeta.
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